La secretaria de
Acción Sindical y Salud Laboral de la USO, Sara García, alerta de que este 28
de abril, Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, hay que incidir
de nuevo sobre el aumento tanto de la accidentabilidad como de las enfermedades
profesionales, especialmente de las no diagnosticadas.
Según denuncia
Sara García, “la ley es vieja, pero ya nació obsoleta. En 2006 ya existían
profesiones y puestos de trabajo en los que las enfermedades psicosociales,
como el estrés crónico o cuadros depresivos permanentes son más comunes que los
padecimientos físicos. Pero, sobre todo, la legislación en materia de salud
laboral está viciada en cuanto al procedimiento para reconocer el origen
laboral de una enfermedad: tiene que coincidir su diagnóstico con estar aún
prestando servicios en la empresa, y las enfermedades suelen manifestarse
después de un tiempo de latencia”.
Así, la
secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de la USO se queja de que “la Ley
de Mutuas agravó esta metodología de diagnóstico, pues la normativa le facilita
negar el origen laboral de muchísimas enfermedades que a todas luces tienen un
origen directo en el puesto de trabajo. Pero tienden a quitarse gasto y
responsabilidad, pasándole el caso a la Seguridad Social y ofreciéndole al
trabajador muchas menos prestaciones de las que le corresponderían”.
El no poder
identificar el origen exacto “es culpa directa de la precariedad y el
encadenamiento de contratos temporales de semanas o meses. Incluso aunque quede
patente que tiene un origen laboral, es difícil investigar las condiciones de
trabajo si en un año el trabajador pasa por diez empresas diferentes en otros
tantos puestos”, arremete Sara García.
En cuanto a la
siniestralidad, “nos preocupa muchísimo que, lejos de bajar o contenerse, siga
aumentando año a año”, denuncia la secretaria de Salud Laboral. “El aumento de
los accidentes laborales lleva en ascenso continuo desde 2013, tanto en
términos absolutos como relativos. Hemos tenido que escuchar cómo se achacaba
la subida a las mejores cifras de empleo, pero eso es insostenible porque se ha
disparado también el número de accidentes por cada 100.000 afiliados a la
Seguridad Social”. Ese índice de incidencia ha subido un 14,08% entre 2012 y
2016, especialmente en la Construcción y la Agricultura.
La USO quiere
recordar que el 28 de abril “es un día de reivindicación de derechos laborales
al que no se le da la visibilidad que merece. Es muy grave que, en pleno siglo
XXI, 618 personas hayan muerto en su puesto de trabajo o en el camino hacia
él”, sentencia Sara García.